EL RE-TRATO
Parece que nuestros rasgos físicos revelan
nuestra personalidad, desde hace tiempo he estado observando las manos de la
gente y he pensado que quizá la forma de las manos sea una manera inmediata
de saber algo de una persona. Probablemente porque se puede suponer a qué se
dedica, si es una mano delicada, si es alargada, si es gruesa, si está
maltratada… etc. y curiosamente coincide
que la quiromancia es una forma
de adivinación sobre el futuro de las personas por las líneas de las manos.
Pero no sólo las manos, todo nuestro cuerpo experimenta
la vivencia, es el objeto que hemos usado, todo nuestro físico exterior habla, nuestra complexión, incluso nuestra vestimenta.
Nuestro cuerpo narra en silencio nuestras historias. Pero, de todas las partes
del cuerpo, la cara tiene una gran importancia: es la primera impresión de una
persona, supuestamente es lo primero que aprendemos a distinguir al nacer y es
el indicador más importante de nuestros estados de ánimo pues externa nuestra
personalidad.
Desde hace milenios el retrato fue una de las primeras formas de
representación, se retrataba para inmortalizar, a los poderosos, a la realeza,
a lo lideres guerreros, a los intelectuales. Es un mecanismo de poder, hay una
asociación entre el rostro como icono y el poder, a través del retrato se
recuerda, se conoce y se identifica a los importantes.
En la pintura, el retrato guardaba una
estrecha relación con la forma de pintar del artista, esta dependía de muchas
cualidades pictóricas, sin embargo después en el s. XIX con la fotografía
parecía que se ganaba en objetividad, parecido, velocidad y costo. Esto supuso
un gran cambio tanto en la forma de hacer retrato como a quien se retrataba.
Los primeros retratos fotográficos en
la historia son los de Nadar. Sus daguerrotipos eran producidos por una
máquina, de esta manera se garantizaba que documentar rostros era algo objetivo
sin personalidad. Sus modelos eran intelectuales franceses como Víctor Hugo, Baudelaire,
Eiffel, Etc. Sin embargo, para Julie Margaret Cameron, que radicaba en
Inglaterra, la fotografía podía llegar a ser arte, pues, a diferencia de Nadar,
transmitía en las fotos la personalidad del modelo así como la suya, sus
modelos eran personas cercanas, mujeres y viejitos de cabello y barba largos
con una atmósfera bucólica que dan la
sensación de ser seres puros, consolidando el comienzo del pictorealismo.
Para su serie de “Hombres del siglo XX” August Sander viajo por toda
Alemania coleccionando gente en su contexto, su clase social, y su trabajo. Aspectos
que determinan a las personas.
Diane
Arbus da un giro a lo que se había hecho en fotografía, después de trabajar
como fotógrafa de modas busca personas “marginales”
en sus ambientes, cuestionando la
belleza en la fotografía y como parte del método pedía a sus personajes que
miraran a la cámara.
Para Richard Avedon💓, a diferencia de Arbus
y Sander, el contexto no es importante, aísla al sujeto, tanto en sus fotos de
moda como en las fotos que tomó en su excursión de cinco años por Norteamérica para su serie “In the american west” capturó granjeros, vagabundos, prostitutas, etc. donde utilizó la
pantalla blanca para centrar a los sujetos. Sus sesiones de fotos eran muy
largas, se prolongaban hasta que capturaba gestos muy naturales aunque para él no era importante
el contexto (lo exterior) sí era importante capturar lo interior.
Audrey Hepburn, New York, January 1967. Este collage de audreys me emociona mucho.
Este es mi favorito de la serie.
Robert Maplethorpe fotógrafo de
retratos de desnudos principalmente, revela temas ligados a la sexualidad, como el masoquismo y homosexualidad,
utiliza muchos objetos simbólicos, fotografía personajes famosos y es muy
refinado en sus composiciones.
En conclusión parece que al inventarse
la fotografía, ya que supone un ahorro de tiempo y dinero, la historia del
retrato cambió, ya no era la historia de los ricos y poderosos, llegó a muchas más personas y se retrataron
las clases bajas, con la fotografía se desafío el poder y el arte.


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