sobre la fotografía de Susan Sontag en la era del .jpg


"si acaso hay un modo mejor de incluir el mundo de las imágenes en el mundo real, se requerirá una ecología no sólo de las cosas reales también de las imágenes"
 Susan Sontag

Las ideas de Susan Sontag  continúan vigentes y todavía nos sirven para entender la fotografía, aún 42 años después de haber sido expuestas,  sin embargo el quehacer de la fotografía depende de nuestro consumo y nuestra práctica,  la masificación de imágenes por las nuevas tecnologías y el Internet han modificado la forma y la finalidad de hacer fotos, así como nuestra estructura de pensamiento y hasta nuestra manera de relacionarnos con el exterior y con lo real. 

Las fotos almacenan el mundo e incitan al almacenamiento

La capacidad de tomar fotos con el celular ha exorbitado nuestra producción de imágenes. Pero no sólo eso, tenemos miles de fotos que descargamos del Internet tanto de contactos como de autores anónimos; hasta coleccionamos las capturas de pantalla que ocupan un lugar como fotografías. Hemos convertido nuestros dispositivos en “un museo liviano y portátil” donde tenemos llena la galería de imágenes, estamos sedientos de información nueva, dónde se requiere un “reemplazo incesante" de nuevas fotos. A esto le añadimos que entre las cientos de fotos que tomamos y coleccionamos elegimos subir las  "mejores" a nuestras redes sociales. Estas redes son las que más han modificado la forma de conocer, de aprender y de entretenernos por lo que también han cambiado nuestra forma de producir y consumir imágenes.

Nuestra humanidad, amante de lo desechable y consumidora insaciable de lo nuevo, creó Instagram, Facebook, Tumblr, Flickr y Twitter de los que nos hemos vuelto esclavos,  ya que para  perpetuar  la larga vida de estos monstruos hay que seguir subiendo fotos. Como turistas de nuestro vivir, nuestro valor cómo seres ficticios cae en la popularidad de nuestros perfiles, como si la fotografía volviera nuestro ser un objeto de mercado, nuestra autovaloración depende de que tan interesante parece ser nuestra cotidianidad o lo que hacemos, dado que mediante la producción compulsiva de contenido y la cantidad de seguidores  y de “likes” se revela quienes somos. “Las fotografías son artefactos, son nubes de fantasía”, porque somos lo que elegimos ver, seguir y compartir. En la red sin fronteras nos convertimos en objetos consumibles para otros y también estamos conformados de "detrimentos" de otros, aquí gastamos nuestra vida, en las redes invertimos nuestro tiempo. Este sistema de vida ha vuelto a  la fotografía perversa y la ha puesto en nuestra contra.

En contraparte creo que la necesidad de hacer fotos puede ser positiva,  las fotos son formas de conocer, esa es la ganancia. Como seres de ficción podemos conocer gente, lugares y cosas, basta con nombrarlo y aparece. En una sociedad donde cambian las cosas tan rápido y todo debe estar documentado parece que debemos tener prueba de todo lo que sucede, así, las fotos son un valioso vehículo que nos traza más o menos una ruta de lo que hemos vivido, nos dan pistas de cómo hemos pasado nuestro tiempo, “son las muletas de la memoria”, no importa si no lo recordamos o lo inventamos, lo hacemos embonar porque  es mejor a no tener recuerdos. Nos asusta estar vacíos y la fotografía nos hace sentir llenos.

Termino con esto “la historia es una mera acumulación de extravagancias, una broma, un viaje a la muerte mi papá dice que “llega un momento en la vida que todo parece una ilusión, los momentos malos y los buenos”, da la sensación de que al final todo fue una broma, las fotos son sólo ilusiones de nuestro vivir; sin embargo, si la vida es una ilusión también ¿Qué mejor que las fotografías para darnos una sensación de realidad?


Bibliografía

Sontag, S. (2016). Sobre la fotografía. Ciudad de México: Gandhi Ediciones.





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